Cuenta la leyenda que en Brasil, el nuevo año, empieza solamente tras el Carnaval. Lo que implica tácitamente que lo hace entre principios de febrero o de marzo.
No obstante, mi experiencia brasileña no confirma esta situación: profesionalmente hablando, los meses de enero y de febrero siempre me han parecido, y a pesar del calor del verano austral, meses ajetreados en lo que a trabajo se refiere. Un periodo de motivación extra.
Por contra, ahí sí, tras el Carnaval, un pequeño bajón o una depresión en lo que a entusiasmo e ilusión por el nuevo año se refiere. Es la hora de la determinación y de la fuerza de voluntad.
El Carnaval es para Brasil, o para una buena parte de Brasil: cultura popular, tradición, amistad música, pueblo, ilusión, sueño, fiesta, amor…
El Carnaval es como el fútbol. Un evento capaz de unir a los más diversos espectros de la sociedad. Los hay que desdeñan de él. Craso error, en mi humilde opinión. El Carnaval ofrece una válvula de escape, un espacio libre para la alegría, una fiesta si se quiere gratuita, donde aparcar por un momento todo lo que no sea un canto a la felicidad.
Asimismo, hay tantos carnavales como se quieran: desde los emblemáticos de Rio de Janeiro, Salvador o Recife, hasta los no menos idílicos carnavales en el sitio de la tía María, en el condominio de tu primo, o en cualquier pequeña ciudad del interior de Brasil.
El Carnaval es un momento, trasciende a cualquier lugar. El Carnaval va dentro de quién lo vive.
Desde aquí, por consiguiente, estamos en clima carnavalero, pero hace frío.
¡Es febrero, caramba, es Carnaval!
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2 thoughts on “Fevereiro, Fevereiro!!! É CARNAVAL!: “El mayor espectáculo de la tierra…””